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Cuando el embarazo reabre heridas

Por qué se reactivan traumas pasados y cómo abordarlos desde la psicología perinatal

Lydia Monge

7/1/20253 min read

El cerebro cambia durante el embarazo

El embarazo es una etapa de transformación física, emocional y psicológica profunda. Pero para muchas mujeres, también puede ser una etapa en la que se reactivan antiguos traumas, incluso aquellos que parecían "olvidados" o superados. Esta reactivación no es casual, sino que tiene una base neurobiológica y psicológica muy bien estudiada.

En este artículo, te explico por qué sucede esto, cuál es su explicación científica y cómo podemos abordarlo desde un enfoque terapéutico que prioriza el autocuidado, la comprensión y la prevención.

Diversas investigaciones con neuroimagen han demostrado que durante el embarazo y el posparto, el cerebro de la mujer sufre cambios significativos. Se produce una reducción de materia gris en regiones relacionadas con la empátía, la cognición social y la autorregulación emocional (Hoekzema et al., 2016). Esto no significa un deterioro, sino una reorganización adaptativa para priorizar la conexión emocional con el futuro bebé.

Sin embargo, este mismo proceso puede hacer que la mujer se vuelva más sensible emocionalmente y, por tanto, más vulnerable a reactivar heridas pasadas.

Embarazo como disparador de traumas previos

Durante el embarazo pueden reactivarse memorias implícitas de experiencias dolorosas, especialmente si hubo situaciones de abuso, negligencia, soledad emocional o falta de contención en la infancia o adolescencia.

Según Schechter et al. (2006) y Monk et al. (2012), este periodo puede funcionar como un "espejo" que pone en evidencia nuestras vivencias previas de apego y nos conecta con emociones que habían quedado encapsuladas.

No se trata de recordar conscientemente un trauma, sino de sentirlo en el cuerpo, en forma de ansiedad, insomnio, llanto sin razón aparente o sensaciones difíciles de nombrar.

Sistema nervioso y memoria emocional

El sistema nervioso autónomo, especialmente en mujeres con historia de trauma, puede volverse más reactivo durante el embarazo. Este estado de "hipervigilancia" emocional responde a la necesidad biológica de proteger al futuro bebé, pero también puede activar el sistema de memoria implícita (emocional y corporal), haciendo que afloren viejas heridas.

Como señala Van der Kolk (2014) en El cuerpo lleva la cuenta, el trauma no siempre se recuerda con palabras, sino con sensaciones corporales. Y en una etapa tan vulnerable como el embarazo, estas memorias emergen buscando ser escuchadas y atendidas.

La importancia del acompañamiento psicológico

La buena noticia es que este proceso, aunque intenso, también puede ser una oportunidad de sanación. La psicología perinatal ofrece un espacio seguro para explorar estas emociones, darles sentido y desarrollar estrategias de regulación emocional.

Investigaciones de Fonagy y Slade han demostrado que trabajar la mentalización, el autocuidado y la reflexión durante el embarazo disminuye el riesgo de depresión posparto y fortalece el vínculo madre-bebé.

Acompañarte psicológicamente en esta etapa no es un lujo, es una forma de cuidar tu salud emocional y la de tu bebé desde el inicio.

Algunas recomendaciones si estás embarazada y te estás sintiendo removida emocionalmente:

  • Valida lo que sientes, aunque no entiendas de dónde viene.

  • Busca un espacio terapéutico donde puedas explorar tus emociones con seguridad.

  • Trabaja la conexión con tu cuerpo: yoga prenatal, respiración consciente, movimiento libre.

  • Rodéate de personas que te hagan sentir vista, escuchada y no juzgada.

El embarazo no solo da vida a un bebé, también despierta memorias, emociones y partes nuestras que necesitan ser atendidas. Reconocer que el pasado puede reactivarse no es signo de debilidad, sino de que tu cuerpo y tu mente están haciendo espacio para algo nuevo. Y en ese proceso, acompañarte emocionalmente puede marcar una gran diferencia.

Si estás viviendo un embarazo removido emocionalmente o te has sentido identificada con este artículo, recuerda que no estás sola. En consulta, podemos trabajar juntas para comprender lo que está ocurriendo, regularlo y transformarlo en un camino de autocuidado y conciencia.